lunes, 10 de octubre de 2016

Madame

¡Tercer día de clase superado!
Ya he pasado por todos los niveles y edades: desde los 12 años hasta los 18 (y nada que ver).

De entre mis 12 horas semanales, 6 las paso en el Collège (que aquí va desde 6º de primaria hasta 3º de la ESO) y las otras 6 restantes en el Lycée (de 4º de la ESO a nuestro equivalente 2º de Bachillerato).

Para mi sorpresa, no me pongo NADA nerviosa, ¡ni en la primerísima clase! Y eso es raro, porque mira que me estreso por todo...pero tant mieux !. No sé si es el hecho de impartir las clases en mi lengua materna y no en la lengua extranjera como he hecho otras veces lo que me hace estar más tranquila y segura o qué, pero hasta incluso me veo con más autoridad de la que pensaba, ¡uuuhh! También influye el hecho de que solo tengo a la mitad de la clase conmigo, claro (el resto se queda con la profesora de español y yo me llevo a los demás a otro aula) y con una media de 12 alumnos, las clases se hacen mucho más llevaderas. Me gusta la libertad que me han dado desde el principio de poder estar yo sola en clase con ellos preparando mis propias actividades.

Noto mucho la diferencia (lógico y normal) entre unos niveles y otros. A los más pequeños de 12 y 13 años los he tenido que cambiar de sitio más de una vez ya porque no paran de hablar y, sin embargo, en las clases del instituto muchas veces da gusto. Aparte de que entienden mejor el español (también es normal, los más pequeños los pobres hay algunos que llevan solo un mes con el idioma), te dejan dar la clase sin interrupciones.
Estos días los hemos dedicado básicamente a hacer actividades orales de presentación para conocernos un poco (algunos de los pequeños se revolucionan con los juegos que les hago y me termino desesperando un poco, mais bon). Con los mayores, es todo lo contrario. A veces incluso me cuesta que participen porque les da vergüenza hablar en español y algunos aún son un poco tímidos conmigo. Unos porque hablan mucho y otros por poco. Oh là là !

PERO, he de decir que todos me toman por otra profesora más, no como "la auxiliar", me llaman Madame (¡qué gracia me hace!) y me tratan de vous. La verdad es que aquí percibo como más respeto hacia el profesor (de momento, ojalá no me hagan cambiar de opinión). Me hace gracia que los más pequeños cada vez que entran en clase te digan "holaaa" con una sonrisa de oreja a oreja, así que repito el "holaaa" no sé cuantas veces al día seguidas.


Y algo que me ha llamado mucho la atención es que el timbre entre clase y clase no es un piiiii de los que tenemos nosotros, sino que es un extracto de una canción inglesa o francesa (de actualidad, vaya) que los propios alumnos eligen. Me parece guay como idea, pero me pregunto si después cuando salgan por la noche y escuchen esa canción en los bares no les pase como con las alarmas de los móviles, que acabas maldiciendo la musiquita y no quieres escucharla ni en sueños. Mmmm...

¡Además hay un piano en el instituto! Sí, en medio del pasillo...y los alumnos en sus ratos libres se ponen allí a tocarlo y a cantar como si nada (a veces acabas un poco harta de tanta música, sobre todo cuando vives dos plantas más arriba y te quieres echar la siesta...). Me sigue sorprendiendo la cantidad de horas de clase que tienen, a lo mejor con dos horas libres entre medio (que por otra parte es comprensible, de 8 de la mañana a 6 de la tarde en el instituto, algo tendrán que descansar los pobres...), ¡pero qué paliza! 

Eso sí, la comida del comedor está genial. Qué me encanta no tener que cocinar ni pensar qué comer cada día. Vale, lo confieso: me he acostumbrado tanto de nuevo al horario francés que a las 12:30 de la mañana ya estoy hambrienta...

Sinceramente no me puedo quejar. Y me hago gracia a mí misma intentando "parecer mayor" porque efectivamente, los alumnos son más altos que yo y las chicas parecen de mi edad o más en cuanto a cuerpo, vestimenta, blabla...aunque ya estaba mentalizada de eso antes de venir, o sea que no me sorprende. Pero oye, eso de ir a clase así como que más arregladita me está funcionando :P 

De momento me está gustando todo, todo, todo. Y no paro de moverme, conocer, salir, entrar, hablar, descubrir...que al fin y al cabo, es lo que me gusta.

Y, además...¿qué me decís de los atardeceres que veo cada día desde mi ventana?



Time Square can't shine as bright as you...

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